Cuando hablamos de “respiro” nos referimos a un tiempo libre para los cuidadores de pacientes en estado terminal. Los profesionales que ejercen este rol tienen horario de trabajo, descansan los fines de semana y sus vacaciones son tan iguales como las de cualquier otra profesión. Pero, ¿qué ocurre con los cuidadores familiares?, ellos trabajan las 24 horas del día los 365 días del año. Y muchos de ellos tienen que compaginar esta actividad con su propio trabajo y su núcleo familiar. El resultado es un individuo cansado, estresado, con poca paciencia para el familiar, con deterioro de su propia salud y la posible desintegración de su propia familia. Por eso, un “respiro” no es un lujo que pueden darse algunos, es una necesidad para todos los cuidadores de pacientes con enfermedades en su fase terminal.

La realidad es que muchos cuidadores familiares tienen que llegar al agotamiento físico total, para darse cuenta de la necesidad de un respiro; pues, ellos creen que tomarse un tiempo de descanso podría significar el abandono de sus familiares. Incluso creen que si la muerte de su familiar ocurre durante su ausencia sería responsabilidad de ese reposo que se tomaron. Nada más alejado de la realidad que esta creencia. Planificar un respiro es tan importante para la salud del cuidador como la del enfermo a quien se cuida.

 

¿Cómo planificar un respiro?

 

  • Investiga las opciones de relevo que tienes

Existen coaliciones y/o organizaciones de cuidados de relevo con programas interesantes para cuidadores familiares. Los hospicios en Puerto Rico pueden ofrecerte personal especializado, terapia, equipos, medicamentos, además de servicios de respiro para cuidadores de enfermos en su fase final. A través del programa “respiro” se ofrece un espacio para descansar en el que se hospitaliza al paciente por un máximo de 5 días; de esta forma la persona pueda tomarse unos días para sí mismo.

 

  • Reunión familiar

Es importante que toda la familia colabore en el cuidado del enfermo en su etapa terminal. Es cierto, que algunos familiares tienen más tiempo que otros, pero esto no debe entenderse como que la responsabilidad recae por completo en el familiar con más tiempo. Hay que recordar que el cuidado de un enfermo conlleva las 24 horas del día.

Si no eres el cuidador principal ofrécete para ayudar, aunque sea una hora al día. En ese tiempo de relevo el cuidador principal puede salir a caminar, relajarse, darse una buena ducha o simplemente descansar.

 

  • No te conformes con el rechazo de ayuda del cuidador principal

La mayoría de los cuidadores principales se sienten responsables del cuidado de su familiar y cualquier excusa es válida para no descansar. Sin embargo, los tiempos de respiro son necesarios para recargar las energías perdidas, mejorar el humor, aumentar la resistencia física y mental. Una persona agotada no es un buen cuidador porque no estará alerta a los detalles; además es fácil de que se lesione y se enferme.

En conclusión, un tiempo de respiro es un tiempo que necesitan todos los cuidadores permanentes de familiares en su etapa final de una enfermedad, para recuperarse del agotamiento físico y mental que le proporciona su rutina diaria. Es un tiempo personal para ser consumido como se desee. Es un tiempo que se toman los cuidadores para el autocuidado, un regalo para su equilibrio físico y mental. Es una forma inteligente de ser más efectivo en su trabajo de cuidador.

Cada día se consigue mayor consciencia por parte de los gobiernos para crear programas de este tipo y gracias a los hospicios que hacen presencia en Puerto Rico, se está logrando ayudar a la población más vulnerable.